Los Juegos Olímpicos: una pasión desde la infancia
Por: Emilio Pino Salinas
(01 de agosto del 2016)
El
escritor mexicano Juan Villoro afirma que perpetuó su infancia a través del
fútbol, en mi caso busco eternizar mi infancia gracias a los Juegos Olímpicos;
las olimpiadas, ese evento deportivo que
une a los atletas y las naciones bajo los valores de la competencia sana, la solidaridad, la amistad y la
disciplina con el fin de alcanzar la
victoria, tiene un aliento personal, intimo, es un encuentro con lo ya vivido
pero que nos negamos a olvidar.
Cada
cuatro años en el mes de agosto (a partir de las Olimpiadas de Sydney 2000
cuando adquirimos conciencia de estos Juegos) estábamos al frente del televisor
ya en tiempos de vacaciones escolares, expectantes por lo que estaba por suceder; recuerdo que utilizábamos
un cuaderno de hojas de raya para anotar de forma cronológica la actuación de
todo los atletas venezolanos; sufríamos,
gritábamos, aupábamos con pasión a esos héroes, era como un acto religioso
donde era cumplido de principio a fin, con un infinito optimismo.
De
esta manera fuimos logrando una conexión
única con el deporte, entendimos que ver el deporte como una simple competencia
es absurdo, el deporte también es conocimiento, es un hecho cultural, el
deporte habita en nuestra alma para hacernos mejores personas. Y el amor a la
patria también se nutre, como cuando mi
mamá me dijo en las olimpiadas de Londres 2012-¨ORO, ORO, ORO, de Rubén Limardo
en esgrima¨- o ver competir a la gladiadora de nuestro boxeo femenino Karla
Maglioco (la misma que desafío el túnel tenebroso) o ver llorar con mucho sentimiento
a Julio Luna al estar muy cerca de la medalla de bronce en la disciplina de
pesas; y jamás olvidaremos esa imagen de Adriana Carmona en Atenas 2004 cuando
ganó la medalla de bronce en Tae kwon do y abrazó a su entrenador Koreano llena
de absoluta euforia.
Y
los juegos son anécdotas brillantes, los records de Usaint Bolt (siempre se
nos asemeja más a los históricos Maradona y Muhammad Alí), escudriñar en la
historia y toparnos con grandes hazañas como cuando Jesse Owens derroto a los
nazi en Berlín 1936, Hitler no tuvo el valor de entregarle la medalla de Oro o
la victoria de Abebe Bikila en el maratón olímpico de Roma 1960, el mismo que
corrió los 42 Km sin zapatos, alcanzando
la gloria descalzo; y quien podrá olvidar la historia que protagonizo
Derek Anthony Redmond en Barcelona 92, cuando en plena carrera de 400 metros
planos se desploma en la pista sobre su
rodilla izquierda, la mano derecha en el muslo y la cabeza gacha. Sus ojos se
le llenan de lágrimas. A su alrededor la carrera sigue, pero todas las miradas
están puestas en él. Un equipo médico con una camilla corre hacia él para
atenderlo, pero se negó subir a esa camilla y con el dolor, el llanto y la
desesperación, empieza avanzar penosamente, apenas apoyando su pierna derecha.
Su padre Jim salta de su asiento desde
las gradas del estadio y corre hacia abajo, luchando contra la gente, chocando
contra ella y al final logrando saltar a la pista. Las medidas de seguridad
tratan de detenerlo, pero en ese momento nada ni nadie podrían pararlo.
Acompaño a su hijo a terminar la carrera y los dos cruzaron la meta, la
humanidad conoció uno de los momentos más emotivos en la historia del
deporte.
También
la antigüedad rodea las olimpiadas, una especie de misticismo agradable, ¿cuantas cábalas tendrán los atletas en
los juegos?, uno de los amuletos más
preciados por los atletas son los
anillos que simbolizan los cincos continentes que participan en los juegos y,
que muchos de ellos se tatúan en alguna parte de sus cuerpos, otros guardan en sus
hogares cada objeto obtenido en los países sede, nos gustaría saber cuántas
cosas colecciona Fabiola Ramos (la juradora de Tenis de Mesa) que asistió
a cinco olimpiadas.
Hoy
en que se inauguran los Juegos Olímpicos
de Rio 2016, espero estar al frente del
televisor, ya sin la misma apariencia física cuando niño, pero intentando inmortalizar aquel rito
mágico que nos hizo ilusionar con ser
partícipes de ese evento deportivo como atleta (ya no es posible), como
espectador o como periodista, el tiempo nos dirá lo que pasará…
Las olimpiadas modernas
La
competencia olímpica es conocida desde la antigüedad, los primeros reportes
datan del año 776 antes de Cristo, en la ciudad de Olímpica en Grecia. Los
juegos olímpicos modernos se iniciaron en Atenas, 1896, por sugerencia y con la
coordinación del Barón de Coubertin. Desde ese entonces se realizan cada 4
años, con contadas excepciones (I y II Guerra Mundial). Las olimpiadas modernas
han generado un movimiento mundial basado en el deporte y en la sana competencia,
enmarcado en innumerables hechos anecdóticos que hacen de la historia del
olimpismo mundial algo interesante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario